Complejo etnográfico de Zlatograd

Para los que disfrutan del turismo rural, Bulgaria ofrece multitud de alicientes, entre ellos que hay muchas poblaciones que poseen sus propios museos etnográficos, con información sobre la historia y costumbres de la región donde se encuentran, habitualmente cuentan con fotografías antiguas, trajes folclóricos, antiguos ropajes de guerras, utensilios domésticos y/o de trabajo, etc,… es una maravilla para los que nos gusta conocer la Historia y costumbres de los lugares que visitamos, y sorprende porque casi cada población de Bulgaria, cabeza de comarca, posee, mayor o menor, algún tipo de local destinado a museo etnográfico.

Más aún, en Bulgaria hay pueblos que han llevado este orgullo por su historia y costumbres a un nivel superior, son los llamados complejos etnográficos, donde no se trata simplemente de un local tipo museo, sino que se han mantenido distintos locales donde los artesanos siguen trabajando de la manera tradicional a la vista de los turistas. En este artículo vamos a mencionar por ejemplo el Complejo Etnográfico de «Zlatograd», aunque hay otros como el de «Etara». El de Etara quizás sea más conocido porque es más accesible al encontrarse en el centro de Bulgaria, pero nosotros siempre buscamos los lugares más ocultos y que están por descubrir, por ello empezamos por Zlatograd, aunque en futuros artículos también hablaremos del complejo etnográfico de Etara…

Zlatograd es un pequeño pueblo en las montañas de Ródope, al Sur de Bulgaria, situado a sólo 2 kilómetros de la frontera con Grecia y a 60 km al sureste de la ciudad de Smolyan.

En el corazón de la ciudad está la zona del » Complejo Etnográfico de Zlatograd «, que es un museo al aire libre, que al mismo tiempo es parte de la vida cotidiana de la ciudad. El complejo cuenta con un museo etnográfico, talleres artesanales y una exposición de instalaciones tradicionales de agua. Todo en locales de las propias casas de pueblo de toda la vida por lo que un paseo por estas calles nos traslada inmediatamente al pasado al observar la estética de las casas antiguas y los artesanos trabajando en los bajos de dichas casas…Habrás visitado algún mercado medieval pero esto es otra historia, los mercadillos medievales que organizan algunos ayuntamientos en España no dejan de ser una recreación, un teatro callejero, digno de ver, pero este complejo etnográfico de Zlatograd no tiene nada que ver, aquí trabajan verdaderos artesanos todos los días (excepto los martes que descansan), con utensilios con años de historia, todo es auténtico y nada artificial y se puede entrar libremente en los talleres para ver el trabajo en directo de los artesanos, si les compras algún producto más felices les harás y te llevarás algo realmente hecho a mano, pero aunque no compres nada te llevarás contigo la experiencia de revivir tiempos pasados…. Si decides comprar algún recuerdo, no te preocupes, los precios son muy razonables dado que no es sitio frecuentado por extranjeros sino que tiene fama entre los propios búlgaros y por tanto tienen precios para los búlgaros, nada desproporcionados…

El recorrido por el complejo etnográfico de Zlatograd empieza con el museo que familiariza a los visitantes con la historia de la región. El museo tiene una colección arqueológica: es una exposición que cuenta el modo de vida de la población local en el pasado, con colecciones de trajes folclóricos, adornos y utensilios ceremoniales.

El recorrido continúa con la visita a talleres artesanales. Cada uno de ellos está activo y al frente de los visitantes los artesanos experimentados crean productos que se pueden comprar en el momento.
El taller de costura nos familiariza con las tradiciones de esta artesanía a través de interesantes colecciones de fotografías antiguas, máquinas de coser, planchas, tijeras, etc. Aquí se pueden comprar trajes folclóricos auténticos de todas las regiones del país.
En el taller de lana se pueden ver las maquinas de tejer lana (gaytan). Los Gaytan son cordones de lana que se utilizan para decorar la ropa.
En el taller de talabartería (trabajo del cuero) se presentan los tres tipos del oficio: talabartería (fabricación de sillas de montar y de carga), fabricación de accesorios de arnés y tapicería (sillas acolchadas).
En el taller de cuchillería el visitante puede obtener ideas de cómo se hacen las armas blancas, y en el taller de orfebrería se pueden ver las colecciones de minerales y cristales de la región de Zlatograd, y también se puede observar cómo trabaja el maestro joyero.

El taller de cobre presenta la producción de recipientes de cobre, y en el taller de talla se puede ver cómo se decoran objetos de madera. El taller de alfarería cerámica atrae a los turistas con sus diversas y coloridas vasijas. El último taller es el del tejedor: aquí se ofrece la oportunidad de ver obras de tejidos tradicionales y de punto.
Una de las atracciones del complejo son las tres instalaciones de agua que siguen operando hoy en día: el mazo, el batán y el molino. Están alojados en un edificio, conocido como el Molino Vuntsova. El mazo se utiliza para el lavado, el batán es una instalación para el procesamiento de tejidos de lana, y el molino para moler harina.

Al final del paseo se puede tomar un café en el «Viejo Café» que data de 1823 y probar algunas de las recetas típicas de la región en alguna de las tabernas de estilo tradicional de la ciudad, que usan productos de los agricultores y ganaderos cercanos, de frescura y sabor excepcional.

La existencia de estos oficios ancestrales en Zlatograd no es casualidad, tras la ocupación otomana y en el Renacimiento búlgaro del siglo XIX, fue en Zlatograd donde primero llegaron las innovaciones europeas en tecnología y agricultura, además fue aquí donde se construyó la primera oficina postal de Bulgaria y la primera escuela-monasterio de la región.

Ya en el siglo XXI la ciudad tuvo un resurgimiento gracias a los fondos europeos que permitió restaurar las antiguas casas, muchas de hasta 200 años de antigüedad, recuperar las herramientas tradicionales y abrir los locales para los artesanos en sus bajos. En 2001 sólo había un pequeño hotel de 10 plazas, mientras que ahora hay varias casas reconvertidas en hoteles de gestión familiar y la ciudad recibe hasta 90.000 visitantes al año, en su mayoría los propios búlgaros de otras regiones, y viajes de escolares para conocer los antiguos oficios.

Al pasear por las calles del complejo etnográfico de Zlatograd verás que no ha perdido nada de su ambiente tradicional. Apreciarás las chimeneas color blanco de sus casas, los techos de teja roja y las ventanas y puertas de madera. Por lo pintoresco de esta ciudad, en ella se realizan al cabo del año diversos festivales de música, folclore, tradiciones, etc…a veces acompañadas de la barbacoa tradicional al aire libre para los asistentes, las estrechas calles tranquilas durante el resto del año se convierten en animadas y coloridas por los trajes regionales durante estos festejos…